Imagina retroceder en el tiempo a la época de la conquista de las Islas Canarias, a un lugar que fue el corazón político y religioso de Fuerteventura durante siglos. Ese lugar es Betancuria, fundada en 1404 por el conquistador normando Jean de Béthencourt, cuyo nombre dio origen al del pueblo. Su elección no fue casualidad; Betancuria se asienta en un valle fértil, rodeado de montañas, lo que en aquel entonces ofrecía una defensa natural contra los ataques piratas, además de ser un área propicia para la agricultura en una isla mayormente árida.
Breve historia de Betancuria
Betancuria fue fundada en 1404 por Jean de Béthencourt bajo el nombre de Santa María de Valtarajal después de dos años de incursiones y ataques sobre la población local de mahos hasta la rendición de sus líderes Guise y Ayoze. Aprovechando la posición estratégica del valle, fértil y alejado del océano para evitar ataques corsarios, la villa se convirtió en la primera capital de Fuerteventura y también la sede del primer obispado del archipiélago, establecido en 1424, aunque más tarde se trasladaría a Las Palmas de Gran Canaria. En una época en la que Canarias no obedecía a la Corona Española, sino que se regía por diferentes señoríos, Betancuria ostentaba la plaza de poder de las islas orientales y más tarde de la isla de Fuerteventura, de la que fue capital y centro económico hasta su traslado en 1834 a Antigua y posteriormente a Puerto Cabras en 1860 (actual Puerto del Rosario). A lo largo de los siglos, este pueblo ha sido testigo de numerosos eventos históricos, incluidos hambrunas y migración, o ataques de piratas, como el que devastó la villa por el morisco Xabán Arraez en 1593 como represalia por las constantes incursiones del señorío de Betancuria sobre las costas africanas, las cuales arrasaban poblaciones para apresar esclavos. A pesar de estos desafíos, Betancuria ha alcanzado nuestros días exhibiendo su belleza y su legado histórico, ofreciendo a sus visitantes una ventana al pasado de Fuerteventura y de las Islas Canarias.
¿Qué ver en Betancuria?
- Iglesia de Santa María: Un emblema de Betancuria e imprescindible para cualquier visitante. Esta iglesia, construida en el año 1410 por orden de Jean de Bethencourt para adorar a la Virgen de la Peña que él trajo de Francia, fue originalmente de estilo gótico francés, y reconstruida después de ser destruida en 1593 con la actual mezcla de estilos mudéjar, barroco o renacentista. Es un hermoso ejemplo de la arquitectura religiosa canaria, y su interior alberga arte sacro y una atmósfera de paz y espiritualidad.
- Convento Franciscano de San Buenaventura: fundado en 1416, es el primer convento que se establece en toda Canarias. Su actividad fue de gran importancia en la isla y archipiélago, aunque fue completamente arrasado en 1593 con la invasión morisca. Reconstruido después con la estructura actual, aguantó su actividad hasta que las condiciones económicas lo abocaron a su abandono, manteniéndose sólo la estructura exterior en planta de cruz latina.
- Museo Arqueológico de Betancuria: Perfecto para quienes deseen profundizar en la historia prehispánica de la isla y conocer más sobre los primeros habitantes de Fuerteventura, los majos. El museo exhibe artefactos y ofrece información sobre las costumbres, la economía y las creencias de estos antiguos pobladores.
- Casa Museo de Betancuria: Otra parada interesante para entender la vida en Fuerteventura a lo largo de los siglos. Aquí se expone una colección de objetos cotidianos, herramientas y elementos de la cultura tradicional canaria.
- El entorno natural: Asentada en el Parque Rural de Betancuria, un espacio natural único en Canarias formado por el complejo basal del antiguo volcán que se ubicaba en la zona, los alrededores de Betancuria ofrecen un entorno de grandes montañas de piedra y valles fértiles con palmerales. Una zona ideal para el senderismo y la exploración del paisaje volcánico de Fuerteventura. Los valles y montañas que protegieron al pueblo en el pasado hoy ofrecen espectaculares vistas y rutas para los amantes de la naturaleza.
Consejos para tu visita
- Lleva calzado cómodo: Las calles empedradas y los senderos naturales alrededor del pueblo requieren un calzado adecuado para explorar sin contratiempos.
- No olvides tu cámara: Betancuria es un pueblo pintoresco, lleno de rincones que querrás capturar y recordar.
- Planifica tu viaje: Aunque Betancuria invita a la exploración espontánea, tener una idea de los lugares que no quieres perderte te ayudará a aprovechar al máximo tu visita.
Betancuria no es solo un destino turístico, es un viaje a través del tiempo que ofrece una perspectiva única sobre la historia, la cultura y la belleza natural de Fuerteventura. Es un lugar que captura la esencia de las Islas Canarias, invitando a sus visitantes a explorar, aprender y, sobre todo, a maravillarse.
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